-EL ARTE SE QUEDO SIN MANOS-
Nacido con el nombre de Carlos Loiseau, los
años y su gran labor creativa en el panorama de la historieta nacional lo terminaron
transformando en Caloi, el papá de Clemente.
Su labor profesional dio inicio en 1966,
cuando comenzó a trabajar en la revista Tía Vicenta y, poco más tarde, en María
Belén, Adán, Panorama, Satiricón, Mengano, Análisis y muchas otras.
En 1970 se
introdujo en el mundo del cine de animación con un cortometraje sobre las Invasiones Inglesas.
Finalmente recaló en el diario Clarin en 1968
y, junto a otros grandes de la historieta como Brocoli, Altuna, Trillo, Viuti y
Fontanarrosa, cambiarían la imagen que se tenía hasta entonces sobre la página
final de un diario. Para el mismo crearía a su mayor icono cultural conocido como Clemente,
que originalmente era el patiño del personaje principal llamado Bartolo, y una
página de humor para la revista dominical.
Con el programa Caloi en su tinta, emitido en
el canal 7 durante 10 años, crearía a toda una movida cultural al encargarse de
mostrarnos la animación de casi todos los países del mundo. Esta arriesgada
apuesta le mereció gran cantidad de premios, entre ellos el Martín Fierro.
En el año 2004, Caloi fue declarado como
personalidad destacada de la cultura y su personaje Clemente como patrimonio cultural. En
2009 fue declarado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
Clemente, epítome del argentino
medio y un auténtico espejo de la realidad cotidiana, trascendería las páginas
del diario que lo vio nacer. En 1982, el canal 13 comenzó a emitir un ciclo de
cortos televisivos realizado con marionetas, que tuvo un gran éxito en la
teleaudiencia.
Publicaciones:
-1968: El libro largo de Caloi.
Buenos Aires: Ediciones Hombre Nuevo.
-1972: Humor libre de Caloi.
Buenos Aires: Nueva Senda.
-1973: Caloidoscopio. Buenos
Aires: Nueva Senda.
-1975: Aquí me pongo a cantar.
Buenos Aires: Notabil.
-1977: Mi Buenos Aires querido.
Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
-1977: Clemente (y Bartolo) 1.
Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
-1977: Clemente (y Bartolo) 2.
Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
-1978: Clemente (y Bartolo) 3.
Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
-1978: Clemente (y Bartolo) 4.
Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
-1978: Clemente y el mundial.
Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
-1979: Clemente 5. Buenos Aires:
Ediciones del Pájaro y el Cañón.
-1979: Caloi, Clemente y el
psicoanálisis. Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
-1980: Clemente 10. Buenos
Aires: El Cid Editor.
-1980: Clemente 11. Buenos
Aires: El Cid Editor.
-1980: Clemente 12. Buenos
Aires: El Cid Editor.
-1987: Clemente 13. Buenos
Aires: Puntosur.
-1987: Con todo el humor del alma.
Buenos Aires: Puntosur.
-1987: Con el deporte no se juega.
Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
-1988: Con el deporte no se juega
2. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
-1988: Veinte años no es nada.
Buenos Aires: Hyspamérica.
-1988: Clemente 14. Buenos
Aires: Puntosur.
-1989: Clemente 15. Buenos
Aires: Puntosur.
-1989: Caloi, Clemente y el
psicoanálisis (reedición ampliada).. Buenos Aires: Puntosur.
-1989: Humor de amores. Buenos
Aires: Ediciones de la Flor.
-1990: Mi Buenos Aires querido
(reedición ampliada).. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
-1991: Humeurs d’amour. París
(Francia): Glénat..
-1992: Con todo el humor del alma
(reedición).. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
-1993: Todo es cultura. Buenos
Aires: Ediciones de la Flor.
-1994: Con el deporte no se juega
3. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
-1996: El libro de Clemente.
Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
-1998: Clemente 1 (nueva serie)..
Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
-2000: Con el deporte no se juega
4. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
-2001: Clemente 2 (nueva serie)..
Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
-2004: Desafortunados en el humor.
Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
NOTA APARECIDA EN LA REVISTA COMIQUEANDO Nº 7
(1994)
«CONDUCTOR DE UN PRESTIGIOSISIMO PROGRAMA DE TV Y
CREADOR DE UNA TIRA QUE LLEVA MAS DE 20 AÑOS EN LA CONTRATAPA DEL CLARIN, CALOI
COMPARTE SUS RECUERDOS, SUS VERDADES Y SUS PROYECTOS CON UNA CALIDEZ POCO
FRECUENTE ENTRE LOS ARTISTAS DE SU TRAYECTORIA Y SU RECONOCIMIENTO. ESTE ES
CALOI, EN VIVO, EN DIRECTO Y EN SU TINTA.
AA: Tratándose de un dibujante tan conocido, vamos a obviar el recuento de
sus inicios y de su carrera, para meternos de lleno en el análisis de su
obra...
C: Me parece bien, porque lo otro me aburre mucho.
AA: ¿Cómo fue el paso de Clemente de ser una tira personal, con un humor
universal y hasta surrealista, a ser una tira de comentario de actualidad?
C: Bueno, esos son cambios naturales, evoluciones, que van de acuerdo a los
tiempos que va viviendo el país. Cuando yo empecé con la tira, se llamaba
"Bartolo" y Bartolo era el personaje principal. Yo suponía que iba a
seguir con ese personaje, con esa recorrida nostálgica por Buenos Aires. Tanto
que, cuando en Clarín nos pidieron a todos un informe contando cómo iba a ser
la evolución de las tiras, yo lo hice, aclarando que todo lo que decía era
mentira, que no sabía cómo iba a evolucionar. Porque en realidad, lo que yo
estaba buscando era un instrumento de expresión, más que un personaje acabado.
Porque la idea era justamente trabajar con el absurdo y no con un personaje que
tuviera una evolución prefijada. Y esa es un poco la estructura de las viejas
tiras. Es decir, los viejos personajes tenían una profesión fija (como Tara
Service, Ramona o Piantadino) o una característica psicológica fija (Avivato,
Fallutelli y todos esos). Inclusive el tipo que fue un poco la rodilla de todo
esto, el tipo que armó todo este proceso de eclosión del humor en los medios de
comunicación y sacó a la tira del costumbrismo para hacer algo más intelectual
(en el buen sentido de la palabra), que fue Quino, con Mafalda, tampoco escapó
a esta característica, porque cada uno de los personajes de Mafalda también
tiene un rasgo psicológico fijo. Y Quino lograba la variedad combinándolos. En
fin... con todos estos antecedentes y un poco con la influencia de los nuevos
dibujantes, con el absurdo que había incorporado Copi, con el absurdo de viejos
personajes como Krazy Kat... yo dije "No voy a hacer nada que me esclavice
de esta manera, porque sino termino con surmenage en Bariloche, como terminó
Quino". Preferí hacer algo absolutamente absurdo, que admitiera la
contradicción, la alteración de los tiempos, la deformación física... en fin,
todas esas cosas. Efectivamente, cumplí con mi palabra escrita y Bartolo
desapareció, en cierta medida porque me costaba mucho dibujar un tranvía en
cada cuadrito, es algo muy difícil de mover. Y entonces empecé a favorecer el
crecimiento de Clemente, que cumplía un poco mejor con lo que yo me había propuesto,
que era una cosa suelta, libre y demás.
Lo que pasó fue que cuando más o menos logré madurar ese lenguaje del personaje
parado frente a cámara, que no hablaba hacia los costados, sino de cara al
lector, se produjo el golpe de estado del '76. Y ahí se acabó cualquier
posibilidad de comentario de cualquier tipo. Entonces no tuve más remedio que
desarrollar la vida interna de la tira, con más absurdo, con más surrealismo y
con la incorporación de otros personajes como la Mulatona, Jacinto, algunos personajes
que aparecieron y desaparecieron... Ese fue el vuelo inicial de Clemente y
bueno, la actualidad se colaba a través de los temas que no afectaran al
Gobierno, porque si no, no salía. Me rechazaron un montón de tiras y... bueno,
yo seguí, siempre conservando la cosa del pensamiento y el sentimiento popular,
que es algo que viene con uno. Y asíse produjo lo del Mundial, esa especie de
código, de entendimiento secreto con la gente, que de alguna manera se hacía
presente con simples papelitos, en contra de la voz oficial de Muñoz... Y poco
a poco, después de la Guerra de Malvinas, cuando se fue relajando la censura,
Clemente empezó a hacer el comentario de la actualidad política. Hoy en día es
muy difícil hacer en un diario una tira desprendida de la noticia, de la
actualidad...
AA: ¿Por qué le parece que esto es así? En los diarios yankis, por ejemplo, hay
tiras a patadas y casi todas se mantienen al margen de la actualidad...
C: Yo creo que es una tendencia casi mundial, orientada más que nada al consumo
de la actualidad. Pero puede ser... a lo mejor es una necesidad de los
dibujantes. Haciendo un poco de sociología barata (total es gratis) creo que la
cosa pasa por la última gran revolución que tuvo el mundo, que es la de las
comunicaciones. Esta cosa que le permite a un tipo en el medio del campo, en
Catamarca, saber instantáneamente lo que sucede en Saigón. Pero bueno, todas
estas noticias, toda esta instantaneidad trajo aparejada también una gran carga
de angustia. Porque las noticias que uno recibe... son las peores: La bomba, el
atentado, la guerra, el terremoto... Rara vez te enterás de algo bueno por los
diarios, las agencias noticiosas, la tele o la radio. Y creo que esto ha
angustiado a la gente. Y la necesidad de los diarios de seguir vendiendo hizo
que se crearan o se adaptaran estas secciones para que, sin renunciar a esa
dura realidad, los dibujantes devolvieran una imagen más digerible. De esa
parte nos estamos encargando los dibujantes, por lo menos en los diarios,
porque yo en la revista (Viva) hago otra cosa. Lo que yo hago, dentro de lo que
me gusta, es poder salir con una tira, que me parece que dentro del diario debe
responder a toda esa cosa de la información desde una óptica distinta, y me
reservo ese vuelo distinto, sin actualidad, sin urgencias, en la página del
domingo, que además tiene otro espacio, otro tiempo de realización y otro
tiempo de lectura. No es el diario, que se lee de ojito.
Y puede ser que esto de acompañar a la actualidad pase más por una cuestión
personal. Yo a veces digo "Puta, estoy podrido de la actualidad" y
agarro y me mando una serie como la del reencuentro de Clemente con su madre y
demás...y yo veo que a la gente le gusta y la sigue, pero necesito volver a la
actualidad, porque leo el diario y digo "Uy, se me está escapando esto,
que me lo dejaron picando".
AA: ¿Sabe qué me parece a mí que fue lo que sacó a Clemente de la onda
surrealista, de las aventuras y de la onda de exploración más personal? El
futbol. Creo que eso fue lo que lo ancló a la realidad cotidiana y ahí quedó.
Me parece que el tema del futbol le restó vuelo. Al principio fue muy gracioso,
pero me parece que eso encasilló a Clemente como un personaje más ligado a la
actualidad y menos al vuelo creativo de los primeros 7 u 8 años de la tira...
C: Puede ser. Era una época experimental y, obviamente, era otra época mía. Uno
va perdiendo poesía, con el tiempo... Yo creo que hay algo que la gente
necesita y que la televisión ha llevado hasta la exasperación, que es la
repetición. Parece que con esto del vuelo y de no tener amarras, se diluye el
mensaje, se pierde un poco el personaje. Por ahí, a un sector estas cosas les
gustan más, pero la gente queda en orsái. Necesita de la repetición. Necesita
estos elementos de los cuales aferrarse para hacer reconocible a un personaje a
partir de determinadas actitudes y a través del tiempo. Cuando hacíamos
Clemente por televisión con el Negro Dolina, hacíamos cosas lindísimas...cosas
de la infancia, del barrio, de la nostalgia... y la gente quería el "Burúm-bum-bun".
Yo me volvía loco. Era un Clemente negro, con un huesito, sentado en una
tribuna, que decía "Burúm-bum-bun, burúm-bum-bun, yo soy el hincha de
Camerún" y nunca pudimos hacerle decir otra cosa. La gente quería eso,
quería volver a escuchar al negro del "Burúm-bum-bun". Y bueno, lo
cierto es que ahora, no por una especulación, porque uno no está respondiendo a
necesidades externas sino, como te decía, a una necesidad propia, trato de
alternar las dos cosas: el comentario de actualidad, que es algo que a míme
gusta mucho, eso de meter la cuchara... y, cada tanto, abrir un capítulo como
el de la madre de Clemente, que tiene más que ver con esa otra historia más
surrealista... pero es difícil, porque está en un medio justamente dedicado a
la actualidad. Incluso a veces la gente me dice "Che, ¿Clemente no va a
decir nada de tal cosa?"
AA: ¿Le resulta más fácil crear humor en base a la actualidad que en base a las
situaciones y las personalidades de los personajes?
C: Si, si. Es más fácil. Porque la actualidad se renueva. Lo otro exige
otra elaboración. Y además, ahora hay otro conocimiento de todo el tema
político. Yo me acuerdo que, cuando recién vino el golpe de estado, los diarios
no informaban nada. No solamente las tiras, sino todo el material del diario,
iba con tres días de anticipación a la Secretaria de Información Pública para
ser aprobado o no. Incluso yo he trabajado con la presión de un tipo, un hijo
de puta que me llamaba todos los días por teléfono para decirme que me iban a
matar a míy a toda mi familia. Te darás una idea de las condiciones de
trabajo... Así que este es otro elemento que se me ocurre ahora. Hemos tenido
tan poca libertad para expresar lo que sucedía a nuestro alrededor, que ahora
que tenemos esa posibilidad, la aprovechamos.
AA: Mirando sus páginas para la revista de Clarín, se notan por un lado un
humor distinto, más triste, más nostálgico, más cercano a la reflexión que al
impacto y, por el otro, un énfasis en lo plástico que sería imposible poner en
una tira...
C: Claro, la tira necesita de la continuidad, de la repetición, como decíamos
recién. Siempre con buen ritmo y esas cosas, pero no podés escapar al ritmo de
la secuencia y, en un diario, no podés hacer demasiadas proezas visuales por lo
mal que sale impreso.
AA: Cambiando de tema, ¿El dibujo animado le interesa desde siempre o se empezó
a interiorizar en el asunto a partir del programa de TV?
C: Mirá, el dibujo animado me interesaba como a cualquier dibujante. Pero yo
descubrí esto en Lucca, una vez que habíamos ido varios dibujantes argentinos
al Salón de historieta que se hace allá. Y Lucca es una pequeña ciudad italiana
y a la semana, ya estábamos embolados. Y un día andábamos paseando con el Negro
Fontanarrosa, fuimos a tomar un feca y nos metimos a ver un festival de dibujo
animado. Yo sabía que había otro dibujo animado, que no era el de Walt
Disney... digamos "de autor", conocía las experiencias de Oscar
Grillo acá, en la Argentina... pero cuando vimos eso, me quedé impresionado,
sobre todo con las imágenes de El Señor Pascal, de Alison De Bair. Y después
vino otra, y otra y ahí empecé a descubrir qué era esto del dibujo animado que
venía de afuera de las grandes productoras, fuera del circuito comercial de
Hollywood o de Japón. Y me quedó la idea, porque me pareció lindo y acá de todo
eso no se conocía un carajo. Y acá había gente que tenía algunas películas; las
embajadas, sobre todo, prestaban algunas cosas.
Cuando me junté con María Verónica Ramírez (directora y productora general del
programa, aparte de mi mujer), decidimos armarlo, ver qué se podía hacer,
cuánto material había. Y pedimos un espacio en ATC por tres meses, porque en
tres meses se nos iba a agotar todo el material. Y entró a aparecer material,
aparecieron colecionistas como Fernando Peña, Victor Iturralde... conseguimos
cosas y nos fuimos metiendo más a fondo en el tema y a conocerlo. Nos invitaron
a Checoslovaquia, a la principal productora y exportadora de material fílmico
de allá, que es un poco la heredera de lo que fueron los estudios de Jiri Trinka,
el capo de la animación con muñecos. Vimos muchísimo material checo. Después
nos fuimos a Polonia, tres días en Varsovia metidos en un cine viendo cosas de
distintas épocas y de distintos autores, como Piotr Rumaja... En fin, empezamos
a meternos en ese mundo, empezamos a ir a festivales... y resulta que hay un
montón de cosas.
Por lo general son pequeños productores, tipos que se hacen su peliculita en su
casa. Esto hace que los trámites sean muy complejos para contactarlos uno por
uno... el mismo kilombo que tenés que hacer para comprar una película de una
hora y media lo tenés que hacer para comprar una de tres minutos. Pero bueno,
hemos logrado revertir la cosa y ya todos los estudios saben que este es el
único programa de estas características que hay en el mundo, entonces cualquier
tipo que hace una película nos manda una cartita o un video para ofrecerla.
Siempre hay algún loco que, cuando le escribís, te pide 200.000 dólares por 10
minutos y le tenés que decir "Métasela en el orto" (risas)...Pero se
arma un circuito y se va alimentando solo. La información va llegando y nos
permite armar este ciclo, presentando no sólo dibujo animado, sino dibujo en
general, en un gran desorden, pero siempre tratando de dar información y de
hacerlo ameno. Porque realmente hay material que si lo largás así, en crudo, en
la televisión abierta es un poco duro. La idea es hacer un buen programa de
televisión, sin preocuparnos demasiado por el rating. Y mostrar todo esto que
no se conocía, porque acá, la información que manejaban los coleccionistas y
los cineclubistas estaba 20 años atrasada. Y bueno, ahora estamos mostrando la
producción actual, lo más moderno, como Marv Meuland, que es impresionante. Y
seguimos con la producción de los checos, los polacos y todo eso. Y la
vanguardia de esto, a mi entender, no vanguardia en el sentido de experiencias
raras, sino los tipos que están más evolucionados, que son los ingleses. Se ve
que estos tipos han producido una síntesis cultural, que abarca distintas
artes, de toda esa mierda que históricamente tienen en la cabeza y logran cosas
realmente sorprendentes.
AA: Conozco a mucha gente que mira su programa y dice "Si, muy lindo eso
de los muñequitos que se mueven y tocan el violín, pero no te cambio 20 de esos
por uno del Pato Lucas!". ¿Qué se le puede responder a esto?
C: No, nada, tienen razón. Son cosas muy distintas. De esto hay que gustar un
poco. No es una cosa que salga a atrapar a las masas, como todas estas cosas
tan bien pensadas y tan bien realizadas como son el Pato Lucas, el Pato Donald,
o las cosas de Tex Avery, que son increíbles. Me parece fantástico que un tipo
elija y diga "A mílo que me gusta es esto". Y estos pequeños
animadores europeos también son admiradores de Tex Avery y de Walt Disney y
demás. No existe una diferenciación en cuanto a eso. El tema es que no todos se
adaptan a una producción que ya viene delimitada por el marketing, por las
reglas del mercado. Por ahí algunos prefieren poner su toquecito, sus
cositas...
AA: ¿Cómo ve hoy por hoy el tema del dibujo animado en la Argentina?
C: Y, yo te diría que uno de nuestros pequeños orgullos es haber puesto un poco
en marcha el asunto. Fijate que la única escuela que hay, que es la municipal
de Avellaneda, triplicó la cantidad de inscriptos. Y además esto animó a un
montón de pibes que están ahí, con la computadora y la camarita a ver qué se
puede hacer, a probar, a hacer sus primeros palotes en esto de la animación. Y
una de las idea que tenemos para alentar a todos estos pibes es hacer acá un
concurso para el logotipo de MTV, con quienes tenemos muy buena relación. Y el
ganador va a ver su corto en pantalla, lo cual es suficiente premio. Eso recién
lo vamos a pooder instrumentar el año que viene.
AA: Ahora que se metió más de lleno en esto de la animación, que estudió las
distintas formas de animación, incluyendo la de muñecos, y que además el
programa cobró prestigio y se ganó todos los premios habidos y por haber... ¿le
vuelven a caer, cada tanto, propuestas para hacer a Clemente en la televisión?
C: No, no. Yo no tengo muchas ganas de hacer Clemente. Creo que Clemente es un
producto gráfico. Tuvo una adaptación feliz, creo, a la televisión, pero me
parece que ese momento ya pasó. Me aburriría volver a hacer lo mismo. Por ahí
se puede hacer un comercial, pero nada más. Lo que yo tengo en carpeta son un
par de proyectos interesantes de dibujo animado. Uno es hacer un par de
videoclips para un grupo argentino que es Divididos. Tenemos encargados un par
de temas y vamos a ver cómo se puede financiar, pero digamos que está en etapa
de pre-producción. Y otro que me interesa mucho es una película mía de dibujos
animados, que también está en pre-producción y esperando un crédito del
Instituto (Nacional de Cinematografía) para poder concretarse. Es un corto de
entre 15 y 18 minutos con el tema del tango, basado en algunas páginas de las
que publico en la revista de Clarín, engarzadas y con música.
AA: Como para terminar, ¿sigue leyendo historietas?
C: No, no me gustan las historietas.
AA: ¿Y humor gráfico?
C: Sí, eso sí. Lo que me pasa con la historieta es que me aburren los guiones.
Me parece que hay una desproporción entre la calidad de los dibujos y la de los
guiones. Y me pierdo, me quedo mirando los dibujitos y dejo de leer porque lo
que dicen me parece tonto. Cuando era chico esto no me pasaba, porque me
devoraba las historietas, sobre todo las argentinas. Pero hoy en día los
guiones me resultan generalmente tontos o, a veces, pretensiosos. Me atraen
mucho más los dibujos, donde veo algunos que me parecen una maravilla.
Globalmente, como género, no me interesa mucho la historieta.
AA: Y de los humoristas a los que mira, ¿cuáles le gustan?
C: Ahora lo que más miro son dibujos animados, dibujo animado de autor. Y me
gustan muchas cosas. En cuanto al humor gráfico, sigo admirando a los mismos de
siempre: Steimberg, Francois, Sempé, Quino, Fontanarrosa me hace reir mucho,
admiro los dibujos de Crist... más o menos los mismos de siempre. Veo, sí, que
hay un montón de pibes que están empujando desde abajo, pero son pibes de
alrededor de 20 años (entre ellos mi hijo) y les falta. Se anotan en distintas
ondas, se enganchan mucho con lo under... Me hace acordar a cuando salió mi
camada, la de Napoleón, Aldo Rivero, Ceo, Fontanarrosa, etc... y bueno,
hacíamos cualquier cosa, con una audacia que uno ya no tiene. Y siempre
encontrábamos alguna revistita donde se enganchaban con esas cosas y nos las
publicaban. Y experimentábamos, hacíamos unos mamarrachos espantosos que eran
como bancos de pruebas. Y así veo a un montón de pibes. Pero el manejo del
humor y eso de tener un dibujo con personalidad son cosas que requieren de
algunos años. Hoy veo que hay pibes que pintan bien, pero hay que esperarlos
hasta que tengan 28 o 30 años (digo por poner una edad) para ver para qué lado
se definen.»
Caloi fue víctima de su propia mortalidad. Lo que nos queda es Clemente y todo el hermoso universo que su imaginación y su talento nos ha legado.
Muy probablemente, allá en el cielo, se esté cagando de risa junto al negro Fontanarrosa sobre nuestra triste vida sobre esa bola de barro llamada planeta Tierra.